11 de septiembre de 2007

Mascota (titulo experimental)

Al principio fue un poco raro para la gente del lugar acostumbrarse a ver su imagen rondando por las veredas. La tía se enoja cuando le digo que él es mi mascota, que no bromee con algo así, y cuando son las seis y media en el invierno nos prohíbe salir. Con Lucía nos escapamos por la ventana de atrás y jugamos con él, corriendo, saltando, riendo y tocando su pelo blanco que tanto le gusta, hasta que se hacen las ocho, momento en que la tía deja de ver su programa con volumen alto, entonces nos metemos despacio sin hacer ruido alguno y ella nos hace café con leche y nos cuenta historias de gente bonita que siempre se termina casando.
Pero esa tardecita no dieron su programa, y al no vernos en la cocina salió a la vereda enojada a buscarnos, nunca pensamos que reaccionaría así al verla… y aunque pensábamos que era nuestra mascota no podíamos controlar sus acciones.
Ahora a las tardes no son de corridas, saltos, risas, ni pelo blanco, y a las ocho hay café con leche y nos faltan los principios de las historias de gente bonita que termina casándose.
***

No hay comentarios: